¿Eres tóxica con tu pareja? El test que debió hacer Sofi

7/26/20246 min read

Se habla mucho hoy día de las personas tóxicas. Hemos logrado ir dejando las culpas atrás y practicar un autocuidado que ya entendemos como necesario, y no egoísta. ¡Bien! Pero, ¿nos estamos pasando con las etiquetas y con quitarnos a gente de en medio por supuestos comportamientos tóxicos?

Me pregunto al respecto releyendo el capítulo 15 de Las rosas de Abril (Sofi (3): Solo me gustas en la intimidad).

Bea estaba visiblemente perjudicada por el alcohol, con los ojos semiabiertos y dificultades para vocalizar correctamente. Emitía risas estridentes a destiempo, hacía comentarios inconexos delante de desconocidos y yo sentía que se estaba poniendo en ridículo ante mis amigos”.

¿Estaba siendo Sofi tóxica o solo poniendo límites? ¡Vamos a analizarlo!

Persona tóxica: la definición

Lo primero: la Psicología suele optar por catalogar los comportamientos como tóxicos, y no a las personas. Es decir, aunque leas en este y otros textos lo de “persona tóxica”, es más correcto emplear tanto ese término como sus sinónimos para referirse a las actitudes, y no para etiquetar a alguien: actitud dañina, comportamiento manipulador… Eso no quiere decir que no haya personas reincidentes y con nula voluntad de cambiar.

Aclarado esto, ¿qué se entiende por persona tóxica? En general, se trata de alguien que, con sus actitudes, provoca incomodidad, estrés o dolor. Sus comportamientos te causan malestar y negatividad.

Entonces, ¿qué es una persona tóxica en pareja?

Puedes toparte con una persona tóxica en cualquier contexto: familia, trabajo, amigos, relación de pareja… Dependiendo del tipo de relación, el grado de cercanía, hay comportamientos típicos en cada contexto.

En una relación de pareja, comportamientos tóxicos habituales son:

  • Los celos.

  • La necesidad de control y la desconfianza.

  • El chantaje emocional.

  • La crítica continua.

  • La negación y luz de gas (hacer dudar a la otra persona de su propia percepción).

  • La discusión constante y la falta de voluntad de acuerdo.

A medida que avanzaba la noche, ambas bailaban más y más animadas hasta que a mí se me metió una idea en la cabeza: a Pili le gustaba Bea, y por eso mostraba esa tirantez hacia mí y se sentía en la necesidad de proteger a su amiga. Quise apartar aquel pensamiento intrusivo, que sabía que no acabaría bien, pero lo estuve rumiando parte de la noche hasta que estalló”. Las rosas de Abril, capítulo 18: Sofi (4): Sofi, la chunga.

Si sientes vergüenza y se lo dices, ¿eres tóxica?

Es cierto que Sofi se dejó llevar por los celos y demostró poca responsabilidad afectiva hacia Bea en algunas ocasiones. Se puede decir que tuvo comportamientos tóxicos.

Sin embargo, en el capítulo 15 tuvieron una discusión porque sintió invadido su espacio. Aunque no lo hiciera de manera muy asertiva, ¿estaba solo poniendo límites o siendo tóxica? Aquella noche, Sofi se sintió avergonzada por el comportamiento de Bea, que no estaba respetando las distancias y, según la versión de Sofía, se estaba poniendo en ridículo por culpa del alcohol.

Sentir vergüenza no es tóxico. De hecho, está sensación es muy frecuente en las relaciones: vemos muchas cualidades en la otra persona, pero también cosas que tememos sean objeto de críticas o mofas por parte de nuestro círculo.

La vergüenza es una emoción humana que cumple su función, como todas las demás. Sin embargo, suele partir de algo que sobredimensionamos. Por un lado, estás anticipando lo que podrían pensar de tu pareja, y no lo que realmente piensan. Por el otro, podrías estar sufriendo el llamado “efecto reflector vicario”: crees que los demás prestan más atención, a ti o a tu pareja, de la que realmente prestan.

En definitiva, no te sientas mal por sentir vergüenza alguna vez, sobre todo, al principio. Los inicios de la relación son de negociación continua. Puedes comunicar de forma asertiva y con cariño lo que verdaderamente consideres perjudicial, veas legítimo y crees que es un hábito negativo del que, simplemente, nadie le ha informado que molesta.

Ahora bien, sentir vergüenza no es tóxico en sí, pero puede dar pie a comportamientos que sí son tóxicos y no están justificados. No puedes cambiar a nadie ni forzarlo a ser quien no es.

Características y actitudes de una persona tóxica

Una persona tóxica, ¿cómo actúa? Hay actitudes, frases habituales o maneras de hablar que pueden constituir síntomas de comportamiento tóxico. Ya hemos visto algunos específicos de la pareja, pero hay otros que se pueden añadir a la lista.

  • Crítica continua hacia los demás, directamente o por detrás.

  • Poca o nula autocrítica.

  • Victimismo.

  • Negatividad.

  • Pasividad.

  • Envidia.

  • Egocentrismo.

  • Arrogancia y prepotencia.

  • Prejuicios hacia los demás, incluyendo a gente que apenas conocen.

  • Sabotaje (no apoyan a los demás en sus objetivos o, directamente, les ningunean para que sientan que no los pueden conseguir).

  • Poca lealtad.

  • Infelicidad.

  • Falta de motivaciones u objetivos.

Sobre todo, fíjate en cómo te hace sentir. Si estar con él/ella te hace sentir incómodo/a o cohibido/a, como si no pudieras ser tú, es probable que esa persona tenga comportamientos tóxicos.

Test: ¿cómo saber si eres una persona tóxica?

Los comportamiento tóxicos muchas veces están aprehendidos y normalizados: los has visto toda la vida en tu entorno y crees que son normales.

No pasa nada, pero ten en cuenta algo: tu pasado explica, no justifica. Es decir, por tu propio contexto y educación, es posible que seas como eres, y no es tu culpa. Pero sí es tu responsabilidad tratar de cambiar ciertos hábitos para no hacer sentir mal a los demás.

Algunas preguntas que puedes hacerte son:

  • ¿Crees continuamente que tu pareja actúa de manera sospechosa?

  • ¿Necesitas saber en todo momento dónde está tu pareja?

  • ¿Te molesta que tu pareja pase tiempo con sus propios círculos sin que tú estés presente?

  • ¿Crees que es correcto mentir de cuando en cuando si no te descubren y/o si quieres obtener alguna información que crees importante?

  • ¿Participas con frecuencia en los cotilleos y las críticas? ¿Eres tú quien suele revelar detalles sobre alguien, incluso cuando esa persona te lo contó en confianza y te pidió que no dijeras nada? ¿Sueles emitir juicios de valor?

  • Generalmente, ¿te alegras de manera genuina cuando un/a amigo/a te cuenta algo bueno que le he pasado o te molesta?

  • ¿Sueles apreciar y valorar las cualidades de los demás? Cuando ves esas cualidades, ¿se lo dices? ¿Dices a los demás más comentarios positivos que negativos o al revés?

  • Cuando discutes con alguien, ¿sientes que tienes que hacer valer tu punto de vista, por encima de todo? ¿O desarmar a la otra persona y que no vuelva a discutir contigo?

  • Si alguien te dice que se ha sentido mal con algo que has hecho o dicho, ¿lo minimizas porque crees que no tiene importancia? ¿O te detienes a pensarlo y, si crees que ha estado mal, te disculpas?

  • ¿Eres impulsivo/a? ¿Das prioridad a “descargar” tus emociones para sentirte mejor, aunque eso implique hacer daño a otra persona con tus palabras o tus gestos?

  • ¿Te divierte el drama? ¿Lo asumes como parte habitual de la vida?

  • ¿Crees que eres una persona con cualidades que no tiene nada que reconsiderar sobre sus actitudes o estás en continuo aprendizaje?

Contesta las preguntas de manera honesta. Eres una persona inteligente y, si tienes verdadera voluntad, sabrás detectar tus propios comportamientos tóxicos.

“Soy una persona tóxica, ¿cómo puedo cambiar?”

Acabas de aceptar que sí, eres una persona con ciertos comportamientos tóxicos. ¡Calma! No te trates con dureza, sino con autocompasión. Si crees que puedes actuar de forma más empática con los demás es porque 1) reconoces tus errores, y 2) estás dispuesto/a a revisarte. ¡Eso es más de lo que hacen muchas personas!

¿Qué puedes hacer?

  • Observa tus propias acciones de un modo lo más aséptico posible. Si has hecho algo que crees que está mal, no pongas excusas ni minimices. Practica la honestidad para poder cambiar.

  • Utiliza la autocrítica sin dejar el autocuidado. Has hecho algo mal, pero eso no significa que seas mala persona.

  • Ábrete con tu entorno, sobre todo, con las personas a las que tienes más cerca y que te quieren. Pregúntales si se han sentido heridas en algún momento y por qué, y diles que estás intentando revisar tu comportamiento. Intenta ser comprensivo/a y no sentirte juzgado/a.

  • Analiza tus errores. Piensa en qué puedes evitar hacer cuando tengas que enfrentarte a una situación parecida. Puede que una de las claves sea controlar tus impulsos.

  • Intenta practicar la empatía: valora las emociones de los demás y trata de entenderlas, dándoles importancia.

  • Pide ayuda profesional para intentar atajar posibles creencias y reaprender a interactuar con las personas de tu entorno. Te puede ayudar a ir a la raíz y detectar de dónde viene tu necesidad de tener ciertos comportamientos.

¡Ánimo! El proceso no será fácil ni rápido, pero estás en el camino.

Fuentes:

Atienza, S. (2023). Cómo dejar de ser una persona tóxica. Psicología-Online. En https://www.psicologia-online.com/como-dejar-de-ser-una-persona-toxica-4884.html

Castro, S. (2024). Personas tóxicas. Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP). En https://www.iepp.es/personas-toxicas/

Hernández, G. (2024). ¿Cómo son las personas tóxicas? 7 características de la gente tóxica. Mundo Psicólogos. En https://www.mundopsicologos.com/articulos/como-alejarse-de-las-personas-toxicas

Montagud, N. (2022). Me avergüenzo de mi pareja: ¿por qué me pasa y qué puedo hacer? Psicología y Mente. En https://psicologiaymente.com/pareja/me-averguenzo-de-mi-pareja